martes, 22 de abril de 2014

Gran folleto de publicidad




3 comentarios:

  1. De la amplísima oferta del folleto, lo más interesante quizás sea la maceta de flores y la gran cometa de colores; son cosas atractivas y a buen precio. Todo junto vale lo mismo que el agua rica maratoniana, un poco carilla teniendo en cuenta la capacidad, que tendrá que ser de cuarto o medio litro todo lo más para poder cargar con ella en tremenda carrera. Como no es mucho, sería mejor pagarlo en euros, ya que no se ve muy claro ese asunto de la tarjeta- spaghetti el día de Jueves santo, y uno podría liarse al tratar de conseguirla con tanto follón por medio.

    A pesar de los complicadillos tiempos que corren, mis mejores deseos para un negocio tan variado y divertido.

    ResponderEliminar
  2. Guillermo Viglione - A GRANEL

    El hipermercado cerró los ultramarinos, y mató las conversaciones de barrio. El autoservicio dejó a las compras sin balanza y sin palabras. Prohibido bromear con la cajera, que se forma cola. Hay cajas rápidas para los que llevan pocos productos y ya hay cajas en las que te cobras tu mismo. Las lechugas vienen en bolsas, y deshojadas, las manzanas maduran en bandejas de plástico rígido. Este es un mundo: empaquetado, enlatado, etiquetado, clasificado, embotellado, precintado, embolsado, plastificado, deshuesado, desgrasado, pelado, precocinado y loncheado. Un mundo no-retornable, de PVC, de PET, de tetrabrick, aluminio, poliestireno expandido y mil tipos de plástico. Una vida insostenible, marcada, como nuestros productos, con fecha de caducidad. El progreso es aséptico, escrupuloso, exacto y desapasionado. Yo prefiero vivir a granel, comprar al corte, que vuelvan las hueveras y el bermú de barril, los mercados y los mercadillos, conocer a quien regó los tomates, rellenar sifones y devolver los cascos. Comprar lento, charlar, y perder el tiempo. No quiero una vida envasada al vacío. Aspiro a ser parte de un mundo imperfecto e inexacto. Amar a granel, no dosificar los besos, derrochar abrazos, reir a puñados, hacer manojos de caricias y gastarlos sin recato, no dar las gracias ni pedir perdón con cuentagotas, no poner etiquetas, gastar la amistad a raudales, soñar sin rigor y sin medida, comerme la vida a bocados… y atragantarme de ella.

    Que el consumismo no incurra en la obra de Ana mucho más. Papás, proteged a la artista.

    ResponderEliminar
  3. ARTE, ALCE, ARCE, QUESADILLAS, PESADILLAS Y SESADILLAS

    “¡Compra mucho!”. Comer, comer; comprar, comprar. ¡Qué matraca la de Ana, ahora sin cuna, en favor del consumismo! Don Parácrito Viglione lleva toda la razón.

    Bueno, pues en Hollywood, Ana, ponen de comer QUESADILLAS mexicanas y guatemaltecas como tú. Tortitas (allí tortillas) de maíz con queso, bacón (o sea, beicon), manzana y una salsa que nos explicó, muy en su papel, el camarero:

    ―Jarabe de A _ _ E. Con hojas, o flores ―no recordamos bien― de A _ _ E. Una salsa que los nuevos americanos copiaron de los aztecas a través de los mexicanos viejos ―dijo con cara de llamarse Fernando, y no Johnny, el camarero.

    ―¿Jarabe de ARTE? ―preguntó tu abuela.

    ―¿Jarabe de ALCE?” ―pregunté yo.

    ―No, no, ¿qué es eso de «jarabe de arte»? Y cómo «jarabe de alce», qué, ¿cogemos un alce, le machacamos los grandes cuernos y luego lo abandonamos hecho polvo y más triste todavía en mitad de la nieve? ―contestó muy enfadado el camarero―. Atiendan, abuelos. Jarabe de ARCE, ¡de A-R-C-E, ese árbol, ignorantes! ¡Castigados hoy sin postre los dos! Tortitas de chocolate o caramelo, el próximo día, y solo si volvéis, con la americana. Que si no venís con Ana, de aquí en adelante vuestro postre consistirá en dibujar tortitas y comeros el papel.

    Así que tenemos que invitarte a comer quesadillas de tu país en Hollywood. A Miguel también, que tiene que seguir inventando títulos de misterio (del tipo "Ana Escudero Benítez"); además, como visteis ayer, el Tirachinas ya lo instaló el marroquí por allí y a Miguel le gusta más que a ti, tararí.

    [Mejor las QUESADILLAS que las PESADILLAS del rico Flip y los mendigos, eso sí, tararí. Saliendo como de costumbre por peteneras, tú, Ana, preferirás las SESADILLAS, o sea, sesadas para niños: a falta de cabezas de alce, media ración de sesos de cordero rebozados. Para que los probéis, por la tarde nos trasladaremos en autogiro desde Hollywood a Madrid, donde los ponen muy bien.]

    ResponderEliminar