jueves, 6 de diciembre de 2012

Pasos para cuidar a un monstruo



6 comentarios:

  1. La comida, la cama, la ropa y la salud...los monstruos necesitan más o menos lo mismo que nosotros para estar bien cuidados ¿verdad?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Verdad. Los monstruos y nosotros, primos hermanos. Y hasta hermanos: Ana, monstrua, monstruo, Miguel. ¡Caramba, hombre, cunas y maracas!, ¿y si los monstruos fuéramos nosotros mismos? Yo al menos noto algo.

      ¡Acabas de descubrir, Ana, el trabajo del futuro! CUIDADORA DE MONSTRUOS. Nada de cuentacuentos, cocinera, dibujante, pintora, arqueóloga... astrónoma y perfumista, sino...

      ANA ESCUDERO, CUIDADORA DE MONSTRUOS. (Pido hora).

      Tu abuela Maruchi acaba de irse de compras al Corte Ugandés. Quiere comprarte un mono por si alguna noche duermes en tu cama de hierba, barro, hojas secas y paja. Antes de marcharse me ha dicho que te hará un comentario porque, aparte de lavarse los dientes, el cuerpo (o sea la hierba) y dormir mucho, los monstruos, según ella, "tienen otra dimensión", o sea, que hacen alguna otra cosa que ella misma te explicará quizá hoy mismo. Atenta, pues, "Ana, mi amol": así te dirían en Santo Domingo; en Guatemala, "Anita bonita",

      pero no te acuerdas. Tampoco te lo creas, enana:
      límpiate las orejas y hasta luego o hasta mañana.

      Ya te mandaré otro comentario yo también,

      porque siguiendo
      tus pasos y dibujos,
      brotan palabras,

      casi seguro. FIN. (De los pantanos en Sudamérica, FIN también: ¡NO HAY! Lloremos).

      Eliminar
  2. ¡Ojo!, el monstruo también necesita cultivar su alma monstruosa, que la tiene.
    Habría que proporcionarle una biblioteca básica que tenga de todo un poco: historia de sus antepasados, mitología (en la mitología griega aparecen cantidad de monstruos, espeluznantes algunos, pero muy atractivos,como por ejemplo el Basilisco), poesía y cuentos clásicos de seres monstruosos de todo tipo. Tampoco habría que olvidar algunos libros científicos para que el monstruo conozca su cuerpo y el mundo que le rodea.
    Para que esté concentrado y cómodo podríamos fabricarle con arcilla blanca un sillón, y luego, cuando la arcilla estuviera seca, la pintaríamos de rojo, color muy apreciado por los monstruos.
    El sillón, con un gran respaldo y orejeras para apoyar la cabezota.
    Si con este ambiente tan favorable, dedica unas horas del día al estudio, seguro que mejora mucho en la valoración de su carácter, hasta llegar a esto:
    Sociabilidad: 5
    Peligrosidad:0
    Inteligencia: 5
    Simpatía y bondad: 5

    Bueno, tampoco hay que pasarse, los monstruos malignos también pueden tener su gracia, aunque sea para poder pelearnos con ellos.

    ResponderEliminar
  3. Los monstruos pueden esperar un poco.

    Antes, Ana, para que no se te olvide, he de pedirte que todos los ordenadores de tu cabeza (lado izquierdo, derecho, delante, detrás, arriba o abajo), conecten de vez en cuando con el cuento de boca que ayer de pronto interrumpiste no sé bien por qué:

    LA RUEDA OXIDADA, LA GALLINA Y EL VIAJE DE PUFBÓN

    Estuvo fatal, Ana, que estuvieras siete minutos contándolo, sin que hubiera salido en absoluto ninguna rueda, gallina o viaje, dijeras de golpe: “Mejor, otro cuento”. Ningún caso, cómo no, a mis protestas, y eso que tú, apuntando a tus sucias orejas con un dedo, me aclaraste que sí que lo tenías grabado entero en ordenadores de no sé qué lóbulos de tu cerebro, pero que otro día. Con tanto ordenador dentro, también te acordarás de que en tanto lo ibas contando, ¡cunas y maracas!, yo iba cogiéndote apuntes. Mal. Aquí los tengo. Encima del nombre del protagonista que yo escribí, hay una enorme corrección tuya: “Lelo”.

    « Lelo era el niño aventurero del barrio. Como aquella mañana no tenía misiones, se puso a leer su libro favorito, “El rey Pufbón”, antiguo rey indio que mató un dragón con un solo movimiento de brazo. Aún existía viva edificio de enfrente. [Esto no se entiende, perdón, ya no tengo costumbre, lo apunté mal: ¿viva la espada, viva la llama del dragón?, ¿un edificio que recuerda la hazaña draconiana del rey? Ya nos lo aclararás].

    Entonces… Lelo estaba leyendo su libro al lado de un teléfono grande que era el teléfono de emergencia. Por las misiones había que estar muy cerca de él. A la una de la mañana sonó el teléfono. Era del Centro de Misiones. Cuando Lelo preguntó qué había que hacer, solo le dijeron: “Ven aquí y te lo explicaremos”… MEJOR OTRO CUENTO »

    ¡Caramba Hombre Auxilio Ocho!, sí que viene a cuento aquí este caramba…

    CONTINUARÁ

    [NO CUPO: OTRO ¡CARAMBA...! AHORA]


    ResponderEliminar
  4. Para borrar lo de las orejas sucias y hacer alguna correción recopio un párrafo del comentario anterior:

    “Estuvo fatal, Ana, que estuvieras siete minutos contando el cuento, y sin que en absoluto hubiera salido ninguna rueda, gallina o viaje, dijeras de golpe: “Mejor, otro cuento”. Ningún caso, cómo no, a mis protestas, y eso que tú no tuviste inconveniente alguno en aclararme que sí que lo tenías grabado entero en ordenadores de no sé qué lóbulos de tu cerebro, pero que otro día. Con mil quinientos ordenadores dentro de la cabeza, también te acordarás de que, en tanto lo ibas contando, yo iba cogiéndote apuntes… mal, muy mal, ¡cunas y maracas! Aquí los tengo. Encima del nombre del protagonista que yo escribí, hay una enorme corrección tuya: “Lelo”.

    Y ahora, la CONTINUACIÓN:

    Otra cosa. La luna era anoche una barquita hundiéndose, así que Luna no podía estar muy mandona… y Lucía Sánchez Reina sí ser reina de su cumpleaños. (Cumpleaños de Lucía Sánchez Reina y no de Lucía Reina Scot, ¿verdad?).

    Y por último... Desayunando, oíamos la radio esta mañana, muy temprano: tú todavía estarías durmiendo bocabajo, con las dos manos bajo la almohada ¡y roncando! Si con nueve horas de sueño ayer dijiste que habías dormido tan bien que te parecía que sólo habían pasado cinco segundos, esta mañana, tras tus once o doce horas de sueño te habrá parecido que sólo habían pasado tres o cuatro segundos.

    A las 7 en Radio Nacional los domingos ponen un programa que se llama “Nómadas”, sobre viajes. De uno de esos libros gordos que te sorprenden un poco, de la Real Academia de la Lengua, te copio la tercera significación de “Nómada: Que está en constante viaje o desplazamiento. Ejemplos: Familia nómada. Este periodista es un nómada”.

    Hoy la hora entera se la han dedicado a Montreal, donde muy pequeña tú, a falta de Felipe, el gato de Sergio y Remedios, a veces te dedicabas a perseguir ardillas tan hambrientas que casi te perseguían ellas a ti. No te acuerdas, Ana, porque los ordenadores de tu cabeza aún no grababan a fondo las cosas: ni de Canadá y sus ardillas, ni de Guatemala y sus volcanes aunque aquí dibujaras ayer uno "eruptando" mucho fuego por la cima, donde van a beber los dragones... Y ahora sí, pero con la edad de Miguel tampoco hubieras podido grabar en tu cerebro nada de la India del rey Pufbón... Pufff, qué nombre el de tu rey y qué largo el comentario.

    Algo que nos ha hecho gracia del programa ha sido el nombre francés de, creo, alguna de las islas de Montreal: “Terre des Gens”, que se pronuncia algo así como “Teggdeyán” y significa ‘Tierra de la Gente’, ‘Tierra de los Hombres’ según la radio. Cuando leas esto dentro de veinte años por ejemplo, sabiendo ya inglés, francés y chino (no tan bien como español), a ti, Ana, también te hará gracia. Dentro de veinte años y ahora también aunque sólo sea por ver escrita aquí una bien conocida palabrota guarrindonga. “Montreal”, ‘Monte Real’ “en espagnol”, nos hizo recordarte con las ardillas, y “Terre de Gens”, pensar en “Merde de gens”, palabras que suenan en francés más o menos así: “Megdeyán”, y significan, Ana, con perdón, ‘Mierda de gente’. Desde sus barcos los franceses de hace dos siglos, a los trabajadores del puerto de Málaga, sabiendo que no los entendían les decían a veces eso, “Merde de gens!”: ‘¡Merdellón!’. Merdellones los pobres sudando como negros; aunque muchos, seguramente bromistas.

    ¡Puf… bón! ¿Cabrá todo esto, Ana, en tu blog? Per… dón, "Pardon" en francés.

    EL OTRO COMENTARIO A TUS PASOS DE CUIDADORA DE MONSTRUOS, EL AÑO O EL DIBUJO QUE VIENE.

    ResponderEliminar
  5. Ana dice que no tiene sucias las orejas, que no ronca y que has dicho una palabrota! Y que gracias por vuestros comentarios

    ResponderEliminar