viernes, 11 de marzo de 2016

Sin título



1 comentario:

  1. Vaya también aquí copiado prácticamente igual.

    ESE BAÚL pertenece a mi familia desde hace cinco generaciones. Tengo 18 años y mañana lo heredaré. Con 18 años y un día recibió mi tatatatatarabuelo este baúl misterioso. Recuerdo cuando tenía 7 años y no se me permitía tocarlo. Y aún más pequeño. ¡Ni mirarlo! Me dijeron que ya tendría tiempo de disfrutarlo.

    Siempre quise abrirlo. Me acuerdo una vez, en mi sexto cumpleaños, que mis abuelos no me regalaron nada; sólo me dijeron que faltaban doce años para la gran sorpresa. Me puse muy triste pues a mí siempre me han gustado las sorpresas, pero doce años es mucho tiempo.

    Otra vez, con 11 años, dormí en casa de mis abuelos y fui a investigar (su casa es muy grande) y encontré el baúl entre las zarzas del jardín. Pero al día siguiente, mientras desayunaba, lo vi debajo de la mesa.

    Y bueno, no sé qué habrá dentro. No me parecería mal que fuera dinero, pero algo me dice que no es eso.

    A veces mis abuelos murmuran y dicen que soy muy joven para una carga tan grande.

    ―¿Un elefante? ―pienso y me río por lo bajo.

    No te he dicho ni mi nombre. Me llamo Paúl, pero no lo vas a necesitar. [¿Paúl?, ¿no sería mejor Raúl?].

    Me imagino a un marqués antiguo sacando dulces y más dulces, y me da la risa. Pero no sé qué puede haber, lo mismo es algo malo (lo mismo, ¿eh?).

    Pues mañana he decidido no abrir el baúl. Como lo oyes. Así me ahorro problemas. Pero no sé si me voy a dejar llevar por la curiosidad.

    FIN

    ***

    "... muy joven para una carga tan grande".

    Amigo Raúl,
    ten muchísimo cuidado
    si abres el baúl.

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