viernes, 11 de marzo de 2016

Nuria y el plan




8 comentarios:

  1. Copio aquí el relato modificado apenas por unos abuelos que han dado la enhorabuena al escrito serio de Ana:

    NURIA Y EL PLAN

    Entreabrí los ojos con la esperanza de estar en casa. Pero no. Otra vez en aquella habitacioncita gris. No sé lo que significa y me da miedo, mucho miedo. La investigo, pues es muy grande. Me siento como en un sueño; es posible que lo sea. Me paseo y todo es gris. Recuerdo a mis padres y a mi hermana y me pregunto qué estarán haciendo.

    De repente me paro, pues hay una gran pantalla. La miro y, en un instante ya no estoy en esa habitación. Estoy en un lugar también gris pero es la calle. Huele a humo y la gente corre aterrorizada y yo no me muevo, y otra vez siento que estoy soñando. Una mujer busca a sus hijos al borde del llanto. Intento ayudarla pero un muro invisible me lo impide, no puedo moverme. Me siento como cuando juego al escondite y veo al que busca muy cerca pero él no me pilla.

    Justo después de este pensamiento todo se vuelve negro y casi me desmayo. Ya no hay nadie y otra vez estoy en la habitación gris. Miro a los lados y estoy completamente sola. Ya no está la pantalla. Eso sí, hay dos niños. Uno es rubio y bien peinado. Es guapo y va bien vestido; de sus pequeños bolsillos salen billetes de cien. El otro lleva ropa andrajosa y el pelo enmarañado. Intento hablarles y no contestan. Pero me he dado cuenta de una cosa. El que al parecer tiene mucho dinero está serio y me da un presentimiento de que está más enfadado que triste. Sin embargo su compañero ―no sé por qué su cara me resulta familiar― tiene una sonrisa sincera que dice:

    ―Lo hemos conseguido. Sé que hay mucha gente que no lo pasa bien y por eso hay que hacer lo posible por ayudarla.

    En cuanto me doy la vuelta, los dos niños desaparecen y en su lugar aparezco yo. Pero no soy exactamente yo puesto que mi cara no es la misma. Es como que evito estar triste, pero lo estoy, y como no me gusta verme así cierro los ojos y pienso:

    ―Me gustaría ayudar a alguien, simplemente por no verle la cara que tengo yo en mi imitación, por el hecho de que no sufra; porque ahora solo pensamos en nosotros mismos y no nos paramos a pensar en los demás.

    Así que paro de pensar y dejo la mente en blanco. Sólo pienso en que en realidad no todos no ayudamos; es más, ayudamos bastantes. Pero no son los suficientes como para organizar algo que ayude a muchas muchas más personas.

    Abro los ojos y sigo en la habitación gris y muy cerca de mí hay una mesa con lápiz y papel. Automáticamente voy hacia ella. Me siento segura. Sé lo que voy a hacer.

    Soy Nuria y con lápiz y papel voy a poner en marcha mi plan para salvar el mundo.

    FIN

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  2. Y Nuria se puso, en su mesa, seriamente a soñar. Soñó que soñaba un Sueño,

    y que sólo a través de ese Sueño rescataría al mundo de la locura de la Realidad.

    Locura que había visto, como soñando, al otro lado de la Pantalla.
    ***

    Para el "fantástico" relato de Ana, este otro final, que puede ser también un eterno principio: La pescadilla que se muerde la cola.

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    1. Me gusta mucho tu final. También quedaría bien.
      He empezado a escribir otro y ya tengo el libro de la gata que te enseñé :p :o :) emoticonos posibles a la izquierda.
      besos

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  3. Ana, este relato es muy, muy bueno. Me ha conmovido profundamente por varias razones. Una, quizás la más importante, porque demuestra de que manera, detrás de la niña alegre y juguetona,en movimiento y acción constantes, va creciendo una chica muy reflexiva y sensible que se interroga y va construyendo respuestas sobre el mundo. Y otra, porque tu relato tiene muchísima calidad, está muy bien escrito (no sólo teniendo en cuenta tu edad, sino aunque fueses mayor, incluso adulta). Juegas estupendamente con situaciones que podrían ser propias de un sueño. Ya hablaremos sobre el relato, pero es buenísimo. Consérvalo, con toda la frescura, la creatividad, la sensibilidad con que lo escribiste. Y mantén también esa sensibilidad ante la injusticia que se transmite en tu relato. Sí, Ana, hay que buscar formar de que el mundo sea un poco más justo, aunque sean pequeñitas, en la medida de nuestras posibilidades. Me siento muy identificada contigo, Ana. Mi enhorabuena y ya sabes, esa plaquita que me han dado, me gustaría dártela yo a tí, con tu nombre en ella. Besos

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    1. Hay otro cuento que también voy a escribir.No es muy de ese estilo pero me gusta.A diferencia de este, es en una granja y no en una curiosa habitación .BESOTES, ANA.

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  4. Muy bien, Ana, eres parte del plan de Nuria en un mundo de color. Aprovéchalo

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  5. Enhorabuena una vez más, Ana; eres una parte muy importante en el plan de Nuria. Encárgate de este lado a todo color como hasta ahora, tienes mi plena confianza y de quienes te conocen. Me consta.
    Besos

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Al igual que mi amiga Paola has entrado en mi blog( Paola es una crack con los ordenadores).
      Una batalla de cojines para Pepe pequeño y Sofía y muchos besos para todos. ;p :)

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