Las cosas que más me gustan de tu historia sobre la Ciudad de los Sueños son el tobogán largo que desemboca en esa ciudad en la que tienes que entrar con un traje que sirve para volar, si quieres, porque lo puedes llenar de aire. También la forma de comunicarte con los amigos imaginarios a través de aviones que tú mismo puedes construir usando el mismo papelito en el que se describe cómo hacerlo. A propósito, que ya vi que añadiste en tu ordenador-ardilla portátil la cajita de los avioncitos. También me gustó lo que contaste -todo ello en el viaje de vuelta de la playa del Cañuelo- sobre el terremoto que se forma en tu cabeza cuando los personajes de tu cuento se pelean porque están en tu imaginación ¿es así?
“… y yo era una niña que se iba al campo de batalla y hacía lo que quería”. Ana, con dos buenos montones de cojines en el suelo, teatralizando “El príncipe Valiente” ayer 1 de agosto. No quería ser princesa, lo que no preocupaba al padre pero sí a la madre, escandalizada de que la hija volviera de los torneos tan llena de polvo.
Un par de ejemplos de hoy 2 de agosto antes de bañarse, por el regalo de un bate de béisbol inflable con dibujo picapedrero tras cena hollywoodiense anoche en el Muelle Uno: 1º) “En la época de los cavernícolas, ¿se levantaban también con el gallo?” (para poder a continuación hacer su canto y reanudar el relato). 2º) “El bate yo no lo había conseguido por la fuerza sino por sorpresa”.
En un gran folio, cuatro dibujos de Ana esperan el escaneo:
«Personaje EL GUMUT
El amor secreto del Gumut LETEA
El peor enemigo del Gumut PEDRO [“es un humano, no es un personaje imaginario” (Ana)]
La mascota del Gumut EL GALIT
El artilugio del Gumut EL TIRIT»
***
“OLVIDA LO QUE VES”. Mayúsculas pintorreadas y olvidadas por Ana en un bloc de notas. En el reverso de la hoja, fragmento de los apuntes que ayer tarde le tomé: « … Voy a inspeccionar las bolas [del chachachá] que fabricaron mis ayudantes naturales. Es un buen invento… Levantaré el abanico [de la abuela]: “¡Te borro como ayudante natural!”… »
Las cosas que más me gustan de tu historia sobre la Ciudad de los Sueños son el tobogán largo que desemboca en esa ciudad en la que tienes que entrar con un traje que sirve para volar, si quieres, porque lo puedes llenar de aire.
ResponderEliminarTambién la forma de comunicarte con los amigos imaginarios a través de aviones que tú mismo puedes construir usando el mismo papelito en el que se describe cómo hacerlo. A propósito, que ya vi que añadiste en tu ordenador-ardilla portátil la cajita de los avioncitos.
También me gustó lo que contaste -todo ello en el viaje de vuelta de la playa del Cañuelo- sobre el terremoto que se forma en tu cabeza cuando los personajes de tu cuento se pelean porque están en tu imaginación ¿es así?
ANA ESCUDERO MÁS GUERRERA AQUÍ
ResponderEliminar“… y yo era una niña que se iba al campo de batalla y hacía lo que quería”. Ana, con dos buenos montones de cojines en el suelo, teatralizando “El príncipe Valiente” ayer 1 de agosto. No quería ser princesa, lo que no preocupaba al padre pero sí a la madre, escandalizada de que la hija volviera de los torneos tan llena de polvo.
Un par de ejemplos de hoy 2 de agosto antes de bañarse, por el regalo de un bate de béisbol inflable con dibujo picapedrero tras cena hollywoodiense anoche en el Muelle Uno: 1º) “En la época de los cavernícolas, ¿se levantaban también con el gallo?” (para poder a continuación hacer su canto y reanudar el relato). 2º) “El bate yo no lo había conseguido por la fuerza sino por sorpresa”.
En un gran folio, cuatro dibujos de Ana esperan el escaneo:
ResponderEliminar«Personaje
EL GUMUT
El amor secreto del Gumut
LETEA
El peor enemigo del Gumut
PEDRO [“es un humano, no es un personaje imaginario” (Ana)]
La mascota del Gumut
EL GALIT
El artilugio del Gumut
EL TIRIT»
***
“OLVIDA LO QUE VES”. Mayúsculas pintorreadas y olvidadas por Ana en un bloc de notas. En el reverso de la hoja, fragmento de los apuntes que ayer tarde le tomé: « … Voy a inspeccionar las bolas [del chachachá] que fabricaron mis ayudantes naturales. Es un buen invento… Levantaré el abanico [de la abuela]: “¡Te borro como ayudante natural!”… »