martes, 25 de junio de 2013

Juego sin igual


1 comentario:

  1. ¡Otro juego de la oca! ¿De Ana la Oca algo loca? No, aquí no dibuja ocas, así que no puede retorcerle el cuello a ninguna. Menos mal.

    Jugar con algo que encuentres en casa, como por ejemplo un trozo de goma. Eso está muy bien, pero como va como las motos, Ana ha escrito “co por ejemplo”. ¡Que lo repase, se ha comido el “mo”! ¿El moco? Bueno, en “Cómo jugar” se ve que quería poner “como”, la palabra entera, pero co va tan deprisa…: “Si [al jugador] le toca algo como por ejemplo «arenas movedizas»…” sigues las reglas: “mueres y retrocedes un paso”… ¿No habrá aquí algún error? Porque si ya estás muerto, ni para adelante ni para atrás puedes ya dar ningún paso.

    O sea, mucho mejor la calavera de la suerte: calavera, sí, mexicana o guatemalteca, pero no te mueres y puedes avanzar cuatro pasos. Así, “cuando llegas al final, te quedas ahí” y “el que llega antes ha ganado” (no “a ganado”, Hana).

    Otro día seguimos jugando. Quizá nos veamos antes y puedas explicarnos qué pinta la cabeza del Ogro de los Cuatro Grandes Dientes ahí colgando (casillas 55 y 56), y si en la tranquila recta final (casillas 90), los árboles son dos granados con un tercero en medio del que sólo queda el esqueleto por culpa de un rayo. Porque tu abuela dice que sí, que el de la derecha es un granado con las granadas bien desarrolladas, pero que el de la izquierda es un naranjo. Adiós.

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